Con el permiso de © K. Eggenstein: 'El Profeta Lorber anuncia las catástrofes venideras y la autentica cristiandad

Kurt Eggenstein

El camino equivocado de la ciencia materialista


   Para muchos lectores que desconocen el concepto de que la materia fuese luz congelada, esta manifestación les parecerá difícil de aceptar. Más difícilmente se aceptará la expresión de la Nueva Revelación que insiste en decir que la materia es espíritu congelado y solidificado. Pero la sabiduría inimaginable del Creador no se rige por la mente humana y su razonamiento. Según sir Arthur S. Eddington, al hombre que piensa racionalmente le parecerá irracional toda ley de la naturaleza. Las experiencias sorprendentes que lograron los científicos del siglo xx en el ámbito astronómico, nuclear y subatómico, nos recuerdan la palabra de Lichtenberg: "Lo que todo el mundo toma por obvio, merece ser investigado más a fondo".
    También la Nueva Revelación nos hace considerar lo siguiente: "No podéis ver lo espiritual porque no os encontráis aún en la polaridad espiritual. Por esto no os debe sorprender demasiado si halláis dentro de estas Revelaciones manifestaciones que no podéis comprender". (Hi 1, pág. 46). "Donde vuestros sabios creen ver leyes naturales, justamente allí vive y se desarrolla vida espiritual, que va más allá de todo lo comprensible, más allá de las ideas y aceptaciones de vuestros científicos. Y como lo espiritual no se somete a su voluntad tomaron la decisión de negar lo espiritual del todo." (LGh, pág. 85).
    La ciencia materialista comenzó en el tiempo, cuando se escribió la Nueva Revelación y desde entonces el materialismo se propaga por toda la tierra como una gran marea.
    Dentro de la ciencia natural todo lo metafísico es prohibido, se rechaza la idea de un creador para la solución de problemas insondables como una solución no científica. La bella palabra de Goethe: "Las obras de la naturaleza son siempre originariamente la palabra de Dios", es considerada como perteneciente a la poesía. La última sabiduría explica el origen del cosmos y de la vida como una coincidencia ciega. A esto pregunta el profesor Viktor von Weizsäcker: "¿ Por qué sólo debe tener razón lo absurdo, la coincidencia y no el sentido?". Weizsäcker reconoce que la consecuencia de la negación de Dios en el mundo equivale a la desespiritualización de la naturaleza. En el Este, la enseñanza mecanística-materialista está cimentada dentro de la doctrina política rígida. Es impensable una investigación libre. Detrás de todas las teorías de interés científico hay la ideología, ésta tiene preferencia a la verdad.
    Para esto se puede leer en la Nueva Revelación: "Leeréis muy poco Mi nombre" (en la literatura científica, el autor). "Sólo revuelven la materia y como su búsqueda es materialista, es materia lo que encuentran" (SGh, pág. 223). En otro párrafo se predice que a través de la ciencia materialista "se originará un vacío de fe dentro de la humanidad". En las últimas décadas se ha podido ver -sin embargo- que la negación de un Creador ha llevado a la ciencia a punto muerto. Desde el descubrimiento de los átomos y de las partículas elementales se está notando un cambio. La esperanza de poder explicar todo a través de las ciencias naturales se ha venido abajo. Según manifestaciones del físico nuclear Leonhard Weigand "nuestro mundo materialista nos es más desconocido hoy como no lo haya sido nunca y no lo comprendemos dentro de su última esencia".
    El profesor Heinz Haber indica "la materia de la creación contiene carácter metafísico y por lo tanto existen límites para los conocimientos científicos". Pregunta von der Osten-Sacken: "¿Dónde se queda lo que llamamos materia?". "La materia se disuelve en fórmulas matemáticas." Barnett es de la misma opinión, cuando constata: "Los científicos se adentran cada vez más en el reino oscuro de los símbolos y de las abstracciones".
    La interpretación metafísica de los fenómenos naturales a través de la ciencia materialista ya llegó a sus primeros límites con la investigación de la luz; ésta no se puede clasificar con los métodos modélicos de la mecánica. Más radical todavía es la separación dentro de la física clásica en el caso de la teoría de los "quantos". El dogma científico de la constancia y la continuidad de los fenómenos naturales ha sido refutada en el campo de la física nuclear Todos los descubrimientos de la ciencia moderna dentro del mundo material indican enigmas fuera del mundo visible. Como dice Barnett: "todos los caminos de la teoría y de las suposiciones llevan a precipicios que el espíritu humano no puede llegar a superar". Por esto dice el premio Nobel Heisenberg: "Todos nuestros conocimientos flotan encima de un abismo de ignorancia".
    Los científicos materialistas algún día se acordarán de una palabra del filósofo griego Platón, que con profunda intuición dijo: "El verdadero sabio aspira sobre todo al conocimiento del ser, no se limita al mundo de las manifestaciones materiales, cuya esencia es pura apariencia". Por fortuna son cada vez más numerosos los científicos que se acercan a las palabras de la Nueva Revelación. Por ejemplo: Jean Mussard se expresa en los siguientes términos acerca de la verdadera esencia de la materia: "El resultado más importante de la investigación es la constatación de que es imposible operar una completa separación de nuestro concepto de espíritu y de materia. Nuestro mundo material nos aparece, después de todos nuestros esfuerzos tan impregnado de espíritu, tan despojado de la realidad material que el concepto de substancia se ha evaporado del todo. Se ha disuelto dentro de lo trascendental y en último término quedan sólo abstracciones matemáticas. "La naturaleza nos da a entender con insuperable claridad que el mundo es de estructura espiritual." Paul Chauchard dice: "Cada ser viviente es al mismo tiempo materia y espíritu, lo espiritual no se manifiesta solamente dentro del cerebro humano, sino en todo el mundo material, en proporción a su nivel de organización, complejidad y orden".
    R. E. Vestenbrugg declara: "La materia parece aproximarse en el fondo a una condición que única y exclusivamente es espíritu y esto habla en favor de la alta espiritualidad del orden del cosmos". Bernhard Bavink escribe: "El mundo material aparece hoy como la materialización transitoria de un concepto completamente espiritual".
    Richard Feynman, del California Institute for Technology (premio Nobel del año 1965), habla del universo como "de una jerarquía que va desde las estructuras atomares más simples hasta los conceptos espirituales más sutiles llevando al entendimiento de Dios". El astrónomo inglés sir Arthur Eddington que se ha hecho famoso por sus investigaciones de la astrofísica, declara: "La admisión abierta de que la física se ocupa de un mundo de espectros es un paso significativo de progreso dentro del tiempo nuevo". Eddington mantiene la opinión: "La materia básica de nuestro mundo es materia espiritual".
    El astrónomo y físico sir James Jeans anota: "Hoy queda bastante claro -en el campo de la ciencia física hay casi unanimidad- de que la corriente de la ciencia natural se dirige hacia la realidad no-mecanística; el cosmos aparece como el gran pensamiento de una gran máquina".
    V. A. Firsoll escribió en el ano 1967: "es altamente ilógico mantener que solamente existe materia y no espíritu, concepto que se aleja mucho de los conocimientos de la moderna física, la cual demuestra que simple materia en su sentido tradicional no existe".
    A través de los descubrimientos de los físicos dentro del ámbito subatómico, el concepto mecanístico del mundo ha llegado a ser un anacronismo. Ciertas partículas elementales, como por ejemplo el neutrino, con su carácter casi exento de particularidades físicas tienen algo de fantasmal. (Por ejemplo el neutrino no tiene masa, ni carga eléctrica, tampoco responde a las leyes de la gravedad y no es atraído o rechazado por campos eléctricos o magnéticos que atraviesa volando). A los científicos, algunas partículas les parecen tan fantasmales y curiosas, que les han dado el término "strangeness" (extrañeza). Estas partículas al igual que los teóricamente propuestos "quarks", podrían constituir el vínculo entre el espíritu y la materia.
    A esto añade el científico V. A. Firsoff: "El espíritu es un ser universal o la interacción, de la misma manera como la electricidad o la gravedad. Análogamente a la famosa ecuación de Einstein E = m *c^2 debe existir un módulo de transformación con el cual igualar "la materia espiritual" a otras unidades del mundo físico".
    Arthur Koestler relata que Firsoff supone "que podrían existir partículas elementales de material de espíritu, para las cuales él propuso el nombre de "Mindones" ya que ellas podrían tener características parecidas a los neutrinos". Arthur Eddington opina que existe "un comportamiento ordenado de las partículas elementales individuales, que aparece cuando la materia entra en contacto con el espíritu". Sigue diciendo: "El comportamiento de tal materia estaría en fuerte contraste con el comportamiento desordenado y casual de las partículas tal como los postula la ciencia física".
    El premio Nobel Wolfgang Pauli escribe: "Desde el descubrimiento de los "quantos" la ciencia se ha visto obligada a deshacerse de su pretensión de comprender en un principio todo el mundo. Justamente esta circunstancia podría ser la semilla del progreso que llevará a una corrección del concepto unilateral hacia una visión del mundo total, como un conjunto del cual las ciencias naturales solamente representan una parte".
    Y el premio Nobel de física, Percy W. Bridgman sostiene: "Estamos en el umbral de una nueva era del pensamiento humano".
    Uno de los más eminentes físicos de los tiempos modernos, el autor de la teoría de los "quantos", el premio Nobel alemán Max Planck, se manifestó en una conferencia dada en Florencia de este modo: "como físico que o sea como un hombre que ha servido toda su vida a la ciencia más sobria, quiero decir a la investigación de la materia, ciertamente estoy libre de la sospecha de ser un iluso. Así lo digo después de mis investigaciones del átomo ¡No existe la materia en sí! Toda la materia se origina y se mantiene gracias a la fuerza que producen las vibraciones de las partículas elementales, la misma que las mantiene unidas hasta en los elementos más minúsculos del sistema del átomo. Ya que en todo el cosmos no hay tal fuerza inteligente ni eterna, debemos suponer que esta fuerza emana de un espíritu consciente e inteligente. Este espíritu es el origen de toda materia". "Ya que no puede haber espíritu por sí solo, sino que el espíritu debe ser, parte de un ser, nos vemos obligados a creer en la existencia de un tal ser espiritual." "El átomo abre a la humanidad la puerta a un mundo perdido y olvidado del espíritu." Esta importante manifestación del famoso científico concuerda exactamente con lo que se escribió en la Nueva Revelación hace más de cien años. Se puede leer: "Una fuerza como cosa independiente, tal como la quieren entender los sabios, no existe. El espíritu es el propulsor de la fuerza, el unificador de la materia y de este modo el factor primordial de toda la vida. Sin espíritu no hay vida, sin vida no hay materia". (LGh, pág. 78). "Detrás de este mundo material hay un mundo espiritual mayor aún." (SGh, pág. 171). "Toda la realidad del ser, se debe buscar y se encuentra dentro de lo puramente espiritual." (Gr VII, 75, 1). De acuerdo con lo citado, declara el famoso científico Carl Friedrich von Weizsäcker: "la substancia de lo verdaderamente real, con lo que nos encontramos, es el espíritu". Arthur Koestler llega a la conclusión -con respecto al desarrollo de las ciencias naturales-: "Hemos escuchado a todo un coro de premios Nobel de la física que nos han comunicado que la materia, la casualidad y el determinismo están muertos. Si es así, podemos enterrar estos conceptos con un requiem electrónico. Ya es tiempo para liberarnos de la ciencia postmecanicista del siglo xx y quitarnos la camisa de fuerza que nos puso la visión filosófica de nuestro mundo con el materialismo del siglo pasado".
    Si, realmente es tiempo de vencer el materialismo. Las consecuencias de esta visión del mundo se aclararán en el último capitulo de esta obra, cuando hablaremos de las catástrofes a sobrevenir. Los científicos de vanguardia, como por ejemplo el premio Nobel Werner Heisenberg, han visto desde hace tiempo la conexión entre el origen y la consecuencia de los fenómenos cada vez más intranquilizadores. Heisenberg escribe: "La religión es la base de la ética y la ética a su vez, es la condición previa de la vida". "Donde no hay guías para enseñarnos el camino, desaparece la escala de valores y al final de nuestro quehacer y nuestro sufrimiento quedan únicamente desesperación y negación." "Estos guías no vienen de la investigación del mundo visible, sino de un ámbito de estructuras más ocultas, del cual Platón habló dándole el nombre de "reino de las ideas" y acerca del cual se puede leer en la Biblia: "¡Dios es Espíritu!""
    Vendrá el tiempo cuando se reconocerá que el materialismo es un camino equivocado. Las comunicaciones de la Nueva Revelación no dejan lugar a duda de que los resultados de las investigaciones científicas se acercarán cada vez más a lo descrito por Lorber. "Con la ciencia purificada Mi enseñanza de la vida se comprenderá fácilmente y a los hombres se les dará la luz de vida", así se puede leer en Gr IX 90, 11.
    Lincoln Barnett tiene razón cuando afirma que los científicos saben perfectamente que el mundo futuro será capaz de superar sus conceptos establecidos, tal como ellos mismos superaron las opiniones de sus precursores.


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© Texto: Kurt Eggenstein; © Edición informática; © by Gerd Gutemann G. Gutemann